lunes, 17 de mayo de 2010

Silencio culposo, silencio egoísta

Bajo una lucha interior, escribir o no, guardé en estas horas lo que en mi pasaba, no pienso decirlo todo, pero quiero dejar memoria de lo que es.
Llorar hasta cansarme, mas no saciarme, aún con demasiado que sacar, ni nariz duele y se siente cohibida.
Quererse guardar lo que sólo es mío, lo que siento por ti, lo que sólo incumbe a mi, tienes el corazón en mi mano, tu, pero a fin de cuentas, eso que esta latiente, calido ritmo que marca mi gran cariño, es mío, sólo mío.
Yo lloro, yo no quiero que llores, y si no lo haces, me parece perfecto, para mi es difícil, doloroso, estresante y al final sigue doliendo.
Una parte de nosotros no se pierde, no muere, no termina, no se acaba, no se evapora, no concluye, donde aun podemos caminar juntos, ya no de la mano, pero si hombro a hombro.
Beso en la mejilla, suspiro, aguanto, soy fuerte, por ti y para mi.
Lo deseo tanto, me encanta que no me quieras de vuelta. En el fondo, lo que a mi respecta, no se exista.
Ni gracias, ni te quieros, ni un te extrañaré, nada vale, nada cuenta porque no hay palabras.
El querer abrazarte y temblar al pensar que no quiero dejare ir, soltarte o separarme, ahí van mas que palabras, van todos mis sentimientos, y aún así, me separo y sigo llena de todo lo que me haces sentir.
Noche placentera la de anoche, dormí, descansé, ya había habido demasiadas lágrimas, ya no mas.
Hoy quiero disfrutarte, reírme, ser la otra yo que me gusta a tu lado. Yo.
Silencio que quiero quedarme con todo, por culpa, por egoísmo, mi silencio, el luto de todo esto.
YUN

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