miércoles, 28 de diciembre de 2016

Un día cualquiera

Esta noche he llorado nuevamente.
El año se acaba y me siento terriblemente sola.
El ajetreo de las fiestas, los preparativos, viajes o trabajo, me dejan fuera del pensamiento de todo el mundo.
Será ese momento en que se toma el celular y se piensa "a quién puedo felicitar" solo como una persona a la que darle la frase trillada de "feliz año te deseo lo mejor" y es cuando recibiré 3 o 4 mensajes.
Me asusta que este fin de año lo pasare acompañada, y como lo he hecho en los últimos más de 11 meses, guardare el puto dolor que siento dentro de mi, en lo más hondo, ahí donde no pueda hacerme daño, donde no me haga aventarme por una ventana.
Sola, sin nadie a mi lado que me escuche, que me platique, nadie con quien pelear ni con Quien reír.
Una persona al filo de los 40 que no ha hecho nada de su vida, no ha obtenido nada.
Me siento tan fracasada, tanto o más de como fui humillada.
Dolor insoportable que me hace sudar todas las noches, y me quita el aliento y lastima.
Lástima por mí, pobre inútil con las manos vacías y corazón destrozado.
¡A la mierda todo!