Busco por todos lados y mis dedos sangran ya de lo afanoso de su búsqueda, en la bolsa de mi pantalón no hay nada, y en la otra tampoco, no, atrás no hay nada, busco de nuevo en las bolsas del frente. Yo lo había guardado ahí. Mi pantalón es viejo pero dudo que haya estado rota la bolsa. Dónde quedo la puta esperanza. Me molesta perder las cosas y más aquellas a las que le guardo cariño. Este domingo he perdido algo y prometo que en mi bolsa no estaba. Maldita sea, me canso, si ha de aparecer, otro día será. Mi ánimo esta decaído, así como cuando uno ha corrido mucho y la adrenalina no lo deja dormir, pero luego, al otro día se enfrenta uno con todo, con una cruda física, con un cansancio acumulado repartido por todo el cuerpo. Un día después de esa gran fiesta donde el baile, el canto y la risa se hacen presentes y al día siguiente, cuando uno se da cuenta de la realidad, cuando sabemos que esa felicidad fue momentánea y que pasará tiempo para volver a ese estado de éxtasis, uno se siente mal. No siempre se puede ser completamente feliz, y creo que no debería ser así, lo que si es un hecho es que el paraíso no es eterno, y estar en el cielo pude ser tan momentáneo como lo es el tiempo que estoy en tus brazos, entre tus piernas, y dentro de tu boca.
7.7.9
YU
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