No se si es porque no he comido.
Es uno de estos momentos en que sabes perfectamente dónde está el alma, es justo ahí donde duele horriblemente y sientes que se desgarra.
Sientes cada una de las venas que la conforman como se desangran.
Mi respiración es lenta.
Creo que es porque no quiero hacerlo y me rehúso en medida de lo posible.
Los ojos se secan de tanto llorar.
Pero por dentro muero lentamente.
Yo no quiero.
Lucho contra el dolor y lucho por vivir.
Mi quijada empieza a hacer ruidos nuevamente y empieza a asustarme esta destrucción.
Yo no quiero.
Lucho contra el dolor y lucho por vivir.
Mi quijada empieza a hacer ruidos nuevamente y empieza a asustarme esta destrucción.
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