jueves, 21 de marzo de 2019

Y sentada...

Fui a cenar, cené tacos como los q no comí ahora que fui a casa.

Y sentada, comiendo con mucha tranquilidad, recordaba que no tenía remordimiento del plato que estaba frente a mi.

Empiezo a comer de nuevo, hoy pensaba, y pienso aún, que no importa si estoy gorda y si no traigo ropa puesta y soy una persona desagradable, no hay quien vaya a verme, o se interese en verme, pero ahora no me siento mal por eso, no vale la pena pasar semanas y semanas sin comer, entre que no tengo apetito o gusto por la comida, y que quiero bajar de peso... pero no bajo ni ocho gramos!

Y sentada, comiendo con mucha tranquilidad, no recordaba desde cuándo no me sentía así, así como en paz, serena y en calma.

Tengo, en cosa de dos horas y media, más cachetes que a medio día, y brazos más flácidos, justo en estos momentos de la vida no me importa lo que los demás piensen de mi y mis formas, y mi cuerpo, y mi cara y lo demás de mi, no me importa y no quiero en este momento sentirme mal, no quiero sentirme mal porque extrañamente me siento muy bien.

Y sentada, haciendo un rompecabezas, me sentía feliz así como soy y estoy ahora.

Feliz aunque nadie piense en mi, a fin de cuentas.

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