lunes, 18 de marzo de 2019

Vida y Luz

Que días tan bonitos.

Que placer viajar, tomar un carro y conducir y conducir con la música a todo lo que da con un buen propósito, verlo, y esperar a que me abrace aunque no sea mi cumpleaños.

Y como esta vez no lo arruiné con lagrimas, y creo que en general no lo arruiné.

Un abrazo acompañado de unos besos fugaces que supieron al paraíso, y un buen apretón de nalgas que aun ahora me hacen estremecer.

Que impresión el poder de una sola mano para poder tocar el cielo, esa mano que puede apretar mis senos, apretar mi pezón y hacerme sentir maravillosa, y darme vida, darme luz, darme ganas de vivir un tiempo mas.

Poderoso el estar acompañada de la mejor persona para que los alimentos sepan decliciosos como hace mucho que no le encontraba sabor a la comida, y es eso, es solo la compañía lo que se requiere para que todo sea mejor, una velada, unos videos, unas copas, o cervezas, lo que sea que se tome, hasta agua simple, es tan diferente si puedo ver sus ojos o el mover de sus manos.

Creo que si hubo algo en lo que me contuve, en acariciar su cara, pero eso es tanto como gritarle que quiero que me tome completamente, puedo tocar y acariciar muchas partes, pero poder tener mis manos en su cara es lo mas me puede, me derrite y me exita, porque despues de eso no quiero parar, lo demás si puedo, pero no ese rostro que me enloquece y me enriquece.

Tres días que indudablemente le dan mucha fuerza a mi alma

Moría de a poco, o de a mucho tal vez, tenía que hacer este viaje, mi cuerpo lo gritaba, y aunque terminé lastimada, unos tirones y dolor interno por un mal paso, estoy radiante y contenta!

Ese hombre si que me hace feliz.

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