El 2021+1 fue un año para no recordar.
El 2023 no dista a ser marcado como un año fuerte, y no se si de aquí en adelante sea así, ahora si, bienvenida vida adulta, adiós vida con felicidad.
Si bien pasé todos los rezagos del año que no quiero recordar, hubo muchísimo dolor en los primeros meses, aun me vuelven loca muchos momentos y situaciones que me consumen y me hunden y deprimen.
Este 2023 creo que fue el año con menos fiestas que tuve, que hice. el año donde me costó mucho sociabilizar, como si tuviera que reiniciarme y volver al ritmo que me caracterizaba.
Un año con viajes donde llegué a tomar un camión y me fui a una ciudad a quedarme en un cuarto ajeno, de una ciudad ajena con gente ajena, un arranque que me costó mucho $$$ pero era eso o volverme loca.
Pero los últimos días del año terminaron con mucho llanto, lloré como hacia mas de 7 años no lo hacia, el llanto de quien despide a un ser querido, a uno de los mas grandes seres que acompañan a una persona en el largo camino de su vida, a una madre.
Y es que no sólo se pierde a una persona físicamente, también se puede perder mentalmente, y bajo estas circunstancias, también es una perdida irreversible,
Y dentro de lo mas difícil, es llegar a ese momento donde se acepta, donde regresan esas lagrimas y digo ¨si, la perdí¨.
Algo que no voy contando por ahí, de eso que solo yo me guardo, que no he contado ni a mis hermanos, el típico dolor mío, que me amarga, me hunde y sé que hará que me pierda.
Yo tomé una decisión de vida que fue estar sola, y eso me queda mas que claro el día de hoy, por eso también solo terminaré con todo.
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