domingo, 17 de febrero de 2013

Insoportable

Y todo me da vueltas, hasta el agua me cae mal.
Y yo y mi egoísmo te tuvo mas veces de lo normal en casa.
Y tu, pese a mis feos comentarios regresaste dos veces.
De mañana caí en la desaparición y lloré a mitad de una plaza fría llena de ruidos molestos, lloré porque tenía mucho dolor y quería estar en mi casa, en mi cama, en mi silla, en mi cuarto cálido, y estaba en una plaza sin poder hacer mucho, sin haber comido y sin ganas de hacerlo con el dolor y sin ánimos, sin tener en mi bolsa lo que por ley y obligación tenía que haber validado.
Y después de que no respondí como debía a un comentario tuyo, ahí estabas de nuevo tendiéndome la mano como a quien me aferro por ser un gran hombre.
Yo a media calle, con el dolor aun mas fuerte, queriendo recargar la espalda aunque fuera en un poste que juro que olia a orines de perro, pero es que quería recargar la espalda, y quería que no hubiera errores y estar ahí cuando llegaras.
Y no quería llorar, y en verdad reí por verte llegar con esas tres cajas.
Gracias.
Y sintiéndome mejor bañandome, dejando que el olor que se había impregnado en mi se fuera con agua y jabón por la coladera, que el desodorante, la crema para el cabello, pasta de dientes, perfume y todo aquello que me diera otro olor hiciera lo suyo. 
Aún el dolor no bajaba, ese que antes de las siete de la mañana era insoportable y se había vuelto solo en fuerte, seguía fuerte, me molestaba y me generaba un nudo en la garganta, esófago y estomago.
A cada respiro quiero vomitar el dolor, pero con el se irían las pastillas que lo mantienen fuerte y lo alejan del insoportable.
Información y mas información, cuarenta y cinco minutos de un sueño profundo hacen que me despierte asustada para irme a la cocina ha hacer mis labores dominicales.
Solo puedo decir que fue una tarde de cocina fatal, me atacó a la cara todo el aceite que pudo y me hizo llorar del coraje, el dolor no era tanto.
Y aun así, egoísta aferrada, quería verte un poco mas, deseando que me dijeras que no, hoy no era buena compañía, pero quería que estuvieras aquí, y viniste, y te vi, y no quise abrazarte porque no quise llorar y caerme, no quise que te hubieras arrepentido de haber venido, procuré decir lo menos que pude para no regarla, haciendo un triple esfuerzo para comer algo y retenerlo, agradeciendo que estuvieras a mi lado para poder lograrlo.
Frente a una computadora completamente doblada sigo metiendo y sacando información, haciendo mi máximo esfuerzo porque no quiero ser vencida de nuevo, no me estoy dando por vencida, pero en serio, esto es muy difícil.



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