Saliendo de la funeraria, al cruzar la calle y ya de madrugada, pensaba que triste es ver a la familia en estas situaciones, cuando existe una brecha generacional donde es en los fallecimientos donde coincidimos. Abrazar y no poder decir "lo siento" porque no quiero sentir porque no quiero hundirme en los huracanes que se hacen en mi alma cuando vienen los recuerdos de mis despedidas. Textual y literalmente mi tío Rodrigo era un gran hombre. Mi primer alumno, excelente y cariñoso. Unas lagrimas quieren salir para decirle adios y yo me las guardo maquillando mi cara y peinando mi cabello, cubriendo la despedida y sonriendo al recuerdo.
YUN
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