miércoles, 23 de enero de 2013

Ajado

Mis brazos quieren abrazarte y mis besos comerte pero no puedo hacerlo, ya no se cómo puedes reaccionar, me da miedo aquello que vi, un ser que lo que menos tenía en sus manos era deseo de que mi piel lo tocara.
Mis palmas se secan y mis labios se agrietan y necesitan tenerte y no soltarte y no dejarte de besar antes de que terminen por pulverizarse en poco tiempo, necesitan cargarse de ti, poco a poco soltarse y aferrarse de nuevo.
Tus palabras hoy ayer me hubieran ajado el alma, eso hubiera sido ayer...
Y yo, yo no dejo de quererte, ni decrece, sólo siempre como siempre me duele el poder perderte.


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