Siendo por aquellos tiempos tiempos de mejores tiempos Camila avanza por el corredor con la mirada fija en la puerta grande fuerte de madera, hecha de una sola pieza, tenía la llave puesta y mecánicamente la abre para entrar corriendo a aquella gran sala con cortinas rojas de techo a piso, de pared a pared, ventanales con vidrios biselados que hacen juegos de luces provenientes de inmensos candiles armoniosos. Un bello piano de cola de un negro mas negro que el negro abismo descansa sobre la alfombra central.
Sentado toca ya melodías que ella ha oído innumerablemente veces a veces tantas veces que puede repetirlas de memoria sin problema alguno, detenida de tajo ojos abiertos queda encantada una vez mas por él quien voltea y le da la mas sincera de sus sonrisas regresando inmerso en las notas nota de ella nota el color invadir sus mejillas antes no rosas.
Poco a poco entran mas personas a la sala y Camila se pierde entre la gente sin quitarle a él la vista y oyendo sólo a los dos solos sólo espera el momento de regresar a casa juntos terminada la jornada porque después de tanto tiempo aquellos tiempos ya son tiempos mejores.
Él quien se sabe amado como quien sabe quién lo ama y deja el corazón en las manos para abrir su alma a su dama sin importarle que por mucho han estado separados ya que ahora están codo a codo para disfrutar todo lo que tienen por delante y en su mundo armado de a poco sienten que por poco poco falta para el final.
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