cuerpo

Rasguños de una batalla perdida, arden bajo el sol, entre las sabanas, con mucho aire, con el frío y en la soledad.
Seca boca que no encuentra manantial que pueda controlar la sed que siente.
Golpes en el corazón que han dejado moretes que duelen en cada latido, día y noche.
Cansancio del pasar de los días y no tener gusto por nada ni para nada.
La piel esta acartonada, nadie la toca ya en las noches para que pueda conciliar el sueño.
En pocas palabras, este cuerpo esta decadente.